Quod placuit principis...

Fórmula del absolutismo que definía, como con validez de ley, la voluntad del autócrata. Según ella, "lo que place al príncipe, tiene vigor de ley" ("Quod placuit principis, legis haber vigorem"). Era la legitimación de la arbitrariedad.
En nuestra época de dictaduras negras, rojas y pardas, se practica aquello de: "mi derecho llega hasta donde llega mi poder"; es decir, que el derecho de los pueblos llega hasta donde lo permite la voluntad discrecional del que tiene la fuerza y manda.
(Fuente: ORGAZ, Arturo, Diccionario de Derecho y Ciencias Sociales, Ed. Assandri, Córdoba, 1961, p. 304).

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